NOCTUARIO
El día ya no importa
si es hoy, ayer o mañana.
El noctuario era otra cosa:
justificarse la existencia
en un pulso cotidiano
del ser contra sí mismo.
Uñas contra la carne
que busca vencerse
y convencerse
de que todo puede verse
con los ojos vendados.
(Se abrazan las copas de los árboles,
en los bosques,
mientras se duerme).
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